Son muy característicos sus cuernos, tan próximos en la base que parecen surgir de un lugar común en ellos los relieves son muy poco pronunciados y la sección de las piezas es triangular, con la arista más afilada vuelta hacia dentro. Estos cuernos son prácticamente verticales en su arranque, pero luego se inclinan, acercandose en las puntas. En los machos pueden llegar a superar los 80 cm de longitud.
Esta cabra está revestida de un pelo denso, que en la época invernal alcanza una notable longitud. Por lo general su color es pardo claro, con tonalidades oscuras y el abdomen casi blanco. No obstante, la coloración es variable y está sujeta a factores ambientales, como las estaciones y la distribución geográfica, así como también al sexo y edad de los animales.
Algunas subespecies de esta cabra montesa habitan en zonas montañosas de la Península Ibérica.
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